top of page

Novedades Fundación TOVPIL

Despertar

El secreto de la sabiduría está en esto: en darse cuenta de que el nombre es un vacío, como la sombra. La imagen interior de sí mismo es, también, un vacío, como la ilusión.Nada de eso es real. Nada de eso es objetivo.

Despertar significa tomar conciencia de que nos preocupamos por algo irreal, de que vivimos al servicio de una ficción, de que estamos haciendo en la vida una representación teatral, como aquellos que fabrican unas figuritas, y hacen gestos, y gastan las mejores energías en esa pantomima.

Despertar incluye el convencerse de que lo importante es ser, poner en movimiento todas las potencialidades hacia la máxima plenitud, dentro de nuestras limitaciones. No vale la pena sufrir y preocuparse por apariencias que son hijas de la fantasía. Despertar significa liberarse de la tiranía de las ilusiones.

Si el lector hiciera una experiencia de despertar, tomaría conciencia de que, la imagen que tanto le preocupaba, era vana ilusión, y entonces sentiría la sensación de un tremendo alivio, automáticamente se evaporarían las antipatías, los resentimientos, y todo sería paz, unión, amor. Es una experiencia liberadora. Esta es la sabiduría. La sabiduría nos remite al reino del amor. Ahora si podemos hablar del amor fraterno. Todo esto significa humildad.

Esta es la disposición que Pablo pedía a los fieles de Filipo: la disposición de Jesús. Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Al final nos amó sin medida porque había llegado al colmo del vaciamiento y de la humildad. Para poder amar, es necesario ser pobre y vaciarse al máximo posible. Esta es la manera concreta y eficiente de prepararse para una hermosa fraternidad.

Extractado del libro Sube conmigo del padre Ignacio Larrañaga

bottom of page