Historia de la Casa Fundacional
Al oriente de Santiago de Chile, hacia la Cordillera de los Andes, se encuentra la Comuna de Lo Barnechea, en este pueblito está la Casa Fundacional de los Talleres de Oración y Vida, donde vivió Ignacio Larrañaga junto a la Comunidad El Sauce de los religiosos Capuchinos.
En el año 1991 el Centro de Estudios Franciscanos y Pastorales para América Latina, CEFEPAL, se traspasó a la Familia Franciscana de Chile, y los padres dejaron la casa donde habían vivido y trabajado hasta entonces.
En junio de ese año Gloria Domínguez, Guía de TOV, cede su vivienda de avenida El Rodeo, para que residan en ella padre Ignacio y sus hermanos capuchinos. Se trata de una cabaña de madera construida poco antes, en forma muy artesanal y rústica sobre pilotes, con desniveles y carente de aislación lo que la hacía calurosa en verano y muy fría en invierno.
Se trasladan a dicha casa en Lo Barnechea en el mes de octubre y deciden llamarla Comunidad El Sauce en honor al frondoso árbol que crece en su cercanía. Dependen directamente de la Orden Capuchina de Santiago que en su estructura interna les da el nombre de Fraternidad Talleres de Oración y Vida. Padre Camilo será el ecónomo y asistente de Padre Ignacio Larrañaga, a la vez que seguirá colaborando con CEFEPAL, a ellos se une el padre Patxi Balenciaga a quien padre Ignacio encarga los cantos de los Talleres de Oración y Vida.
Los padres acomodaron la casa a sus necesidades, agregando primero un escritorio para padre Ignacio y un baño en la planta baja. Tiempo después ampliaron ese primer piso, agregando un dormitorio, un lavadero y rodeando el escritorio de padre Ignacio una sala para los archivos de los libros y sus ediciones, así como la documentación de TOV, quedando el segundo piso para uso residencial de la comunidad capuchina.
En marzo del año 2003 el Coordinador Internacional de entonces, decide comprar la casa a los herederos de Gloria Domínguez para que padre Ignacio pueda seguir viviendo allí. Se firma la compraventa de la casa a nombre de los TOV y queda confirmado que será la única propiedad que tendrán los TOV en el mundo.
Por estos años la casa recibe visitas muy significativas en la vida de los Talleres de Oración y Vida, como la Guía de Brasil María Victoria da Silva, ya fallecida, quien fue determinante para los inicios de los TOV en Brasil; Maristella Carvalho, también Guía de Brasil, gran colaboradora de padre Ignacio en la redacción de varios manuales, retiros y otros escritos, que trabaja hasta hoy de manera muy fecunda y ejemplar, así como de muchos otros Guías que colaboraron generosamente con él en aquella época y después.
La casa ha sido testigo de la fecunda vida de los TOV pues allí se forjaron y concretaron valiosos documentos para estímulo espiritual de los Guías de TOV y escritos que cimentaron las bases organizativas de la Asociación.
Existen registro de numerosas reuniones, grabaciones, filmaciones, celebraciones, y visitantes llenos de entusiasmo, deseosos de aportar y realizar sueños. Los domingos se celebraba la misa dominical a las 9:00 horas en un ambiente cálido y enriquecedor compartiendo experiencias tanto el padre Ignacio como padre Camilo. Vivencias inolvidables para muchos por el ambiente íntimo y de confianza en que se compartía.
En el año 2007, en febrero, padre Ignacio y Camilo citan a reunión a los Coordinadores Nacionales de Chile y a la secretaria de los padres, para constituir un equipo de trabajo para la Casa Fundacional, con miras a transformar ésta en un centro de irradiación espiritual, el corazón de los Talleres de Oración y Vida (TOV), para cuando ellos estuvieran en la Casa del Padre.
Se hicieron las gestiones pertinentes para crear una Fundación que era lo más adecuado para sus deseos dentro del marco de la legislación chilena. En ese entonces el padre Ignacio consideró el trámite muy engorroso y se dejó este proyecto para más adelante. Aunque el siempre insistió en la idea de hacer de su casa un centro vivo cuando él no estuviera, y aún antes.
En el año 2010, falleció padre Camilo luego de seis meses de enfermedad, algunos meses después, padre Ignacio expresó su deseo de transformar su dormitorio en un oratorio y darle su nombre. Se encargó el proyecto a la muralista, Rosita Guzmán, a quien Padre Ignacio le transmitió directamente su idea fundamental para este oratorio, que fuera un lugar para facilitar el “encuentro”, humilde y sin distractores, donde solo reinara la Presencia, haciendo compañía a quien quisiera acercarse a Él.
Un año después, en lo que se podría llamar un año sabático, en que tuvo que atender un problema dental, padre Ignacio se ocupó personalmente de que se realizaran numerosas grabaciones para el futuro. Gracias a esa iniciativa se filmaron en la casa, Humanismo Integral, Del encanto de Dios al encanto de la vida, Oremos, Modalidades de Oración y otros.
Después del inesperado fallecimiento del padre, en octubre del año 2013, la Coordinación Internacional de ese entonces visitó al Consejo Pontificio para los Laicos y sugirieron resguardar su patrimonio espiritual y la difusión de su obra, e implementar un lugar donde se puedan exponer constantemente hechos significativos de su vida.
La Coordinación Internacional del año 2015 concretó la creación de la Fundación para responder al pedido de padre Ignacio de hacer de este lugar el centro vivo que el visualizó. Es así como esta casa Madre, que podemos llamar con propiedad, histórica para los TOV, con la gracia de Dios siempre será un lugar desde donde se irradie al mundo, en sus mensajes plenos de esperanza y sabiduría, el espíritu del Fundador de los TOV, padre Ignacio Larrañaga Orbegozo.
Historia de la Casa Fundacional
Oratorio Padre Camilo
Tiempo después, que el querido Padre Camilo partió a la casa del Padre, en enero de 2010, padre Ignacio manifestó un deseo guardado ardientemente: “he estado pensando que dejemos el cuarto de Camilo para hacer allí una capilla. Es lo que me gustaría”. Fue entonces que se recurrió a la ayuda de una Guía, que sugirió retirar todos los estantes, pintar los muros, sacar todos los muebles y cables a la vista, dejando la habitación limpia para comenzar su nueva función.
En ese momento contactamos al padre Ignacio con la conocida y talentosa artista muralista Rosita Guzmán para solicitarle ser parte del proyecto.
Rosa aceptó entusiastamente emprender la tarea de crear el mural en la capilla, y recogió las ideas principales directamente de P Ignacio. Lo primero que él precisó fue que la única Presencia que tenía que haber era la del Sagrario, su clara idea fue que todo moviera a la oración y a la contemplación. Usar elementos mínimos, como una luz para el Sagrario, un mural muy evocativo que llame al silencio, quizás con unas frases solamente. En fin, algo discreto y sin adornos distractores. Rosa prometió presentar bocetos de su propuesta; y a todos nos alegró muchísimo contar con alguien de esa calidad artística, trabajando voluntariamente para nuestra pequeña capilla.
El boceto resultó ser algo hermoso, evocador, perfecto tal como padre Ignacio lo deseaba. Montañas suavemente onduladas, nubes blancas que siguen las mismas ondulaciones elevándose en el cielo azul donde se divisan estrellas blancas aquí y allí, y las frases elegidas por padre ondulando junto a las lomas “El Señor está aquí y te llama”, y “En silencio en la Presencia”.
Presidiendo la pared que enfrenta al sagrario Rosa reprodujo el san Francisco de Sorrento, una escultura en hierro, que padre Ignacio descubrió un día de paso en esa ciudad, y que lo deslumbró al punto de conseguir con mucho esfuerzo un fotógrafo profesional en la ciudad, llevarlo a Sorrento para que le hiciera una serie de preciosas e inspiradoras fotografías de la estatua, las que el guardaba como un tesoro. Le pidió especialmente a Rosa que pintara a Francisco tal como lo representa la escultura, radical como era, de una delgadez extrema, con hábito roto, olvidado de sí mismo.
Como algo especial le pedimos a la artista agregar en algún lugar discreto unas leves mariposas para representar al padre Camilo cuyo espíritu vuela por los prados del Señor.
Mientras, nuestra eficiente Guía, se dio a la tarea de buscar por todo Santiago modelos de sagrarios, de cáliz y todo lo que necesitaríamos para la capilla, finalmente con ingenio y buena voluntad consiguió diseñar un modelo que ella misma con la ayuda de su hermano realizó. También pintó la puerta del sagrario según el modelo que más le gustó a padre Ignacio de una serie de imágenes que ella le presentó. Su ayuda como queda dicho fue imprescindible en la tarea.
Y paso a paso ella fue llevando para la capilla lo mínimo indispensable: la luz en forma de vela para el sagrario que simula una llama encendida, un pedestal antiguo para colocar la Biblia en un lugar destacado, el sagrario terminado muy bellamente y con prolijidad, completamente forrado con terciopelo blanco y con su llave, listo para su sagrada misión. Días después trajo el precioso cáliz y la pátina de cerámica en colores blanco y azul, fabricados especialmente para nosotros por una ceramista.
Las sillas y reclinatorios se mandaron a hacer a un artesano de Melipilla, a semejanza de las que padre Ignacio tiene en su escritorio, pequeñas, de madera y paja. Se fabricaron cojines para hacer un asiento sobre un mueble que no se pudo retirar formando un acogedor rincón para sumergirse en la oración.
Y finalmente con gran alegría se cumplió este anhelo de padre Ignacio y se inauguró la capilla el 1º de agosto de 2010 con la solemne celebración de la Eucaristía por padre Ignacio, con la concurrencia entre otras personas, de Guías, la Coordinación Nacional de Chile, la Coordinación Internacional y los artistas.
Sean todos muy bienvenidos a este pequeño y significativo oratorio, que invita al recogimiento y a entrar en comunicación con Dios.