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Novedades Fundación TOVPIL

¡Todo es bueno!


¡Vivir!, que es sumergirse en la gran corriente de la vida, participar de alguna manera del pulso del mundo, mirar todo con veneración, tratar con ternura a todas las criaturas de Dios, sentir gratitud y reverencia por todo.


Cuando el corazón humano se haya desprendido de sus lastres y pertenencias y haya renunciado a la codicia del poseer; en suma, cuando se haya purificado de todo aquello que envenena las fuentes de la existencia, aquel día habremos retornado a la primera aurora, en que “todo era bueno”.


Cuando el corazón es luz, todo se viste de luz. De las altas cumbres no bajan aguas turbias, sino transparentes.

La vida nace, brilla y se apaga. Está bien. El dolor físico es la alarma de la enfermedad. Está bien. ¡Cuántas veces una sacudida fuerte en la propia historia sirvió para enmendar errores y emprender rumbos verdaderos! Está bien.


Fuera de casos excepcionales, todos tienen recta intención. El instinto primario del corazón humano es el de agradar, y su tendencia natural, la de la autenticidad. Vivir es un privilegio, y la existencia, una fiesta. Todo es bueno.



Del libro Del sufrimiento a la paz, de p. Ignacio Larrañaga

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