top of page

Novedades Fundación TOVPIL

¡Señor, dame tu paz!


Ahora sé, Jesús, que el abandono no es resignación, ni pasividad, ni fatalismo sino aceptación silenciosa y generosa de todo aquello que el Padre quiere o permite para mí.


En estos últimos días que viví tratando de abandonarme en Tus Manos, encontré algunos obstáculos terribles que dificultaron mi caminar hacia Ti. A veces soy muy rebelde, sin darme cuenta alimento enemistades y antipatías, incluso descubrí que aún guardo resentimientos contra aquella persona que Tú muy bien sabes quién es y por ello termino siendo agresivo con tanta gente.

Jesús mío, por favor, ayúdame a eliminar estos obstáculos, quiero hacer una completa reconciliación conmigo mismo y con los demás. Para eso necesito apagar las llamas que me queman, curar las heridas que tanto me duelen, silenciar los clamores que ensordecen mi conciencia, asumir mis historias dolorosas, perdonarme a mí mismo, perdonar a los hermanos, a los colegas, acallar mis gritos de rebeldía, terminar con mis guerras interiores, olvidar las ofensas que me hicieron…


Señor, Señor, te suplico que me guíes en este camino para que pueda convertir mi corazón en una morada de paz.


Extractado del libro “Conversión Permanente” de padre Ignacio Larrañaga

bottom of page