- Fundación TOVPIL

- 16 ago 2024
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María, la pobre de Dios
Hay quienes colocan a María tan alta y tan lejos, que la transforman en una semidiosa deshumanizada.
«Esta criatura “bendita entre todas las mujeres” fue en esta tierra una humilde mujer, implicada en las condiciones de privación, de trabajo, de opresión, de incertidumbre del mañana, que son las de un país subdesarrollado. María debía no solamente lavar o arreglar la ropa, sino coserla; no solamente coserla, sino primeramente hilarla.

Debía no solamente hacer el pan, sino también moler el grano y, sin duda, cortar la leña para las necesidades del hogar, como lo hacen todavía las mujeres de Nazaret. La Madre de Dios no fue reina como las de la tierra, si no esposa y madre de obreros. No fue rica sino pobre.
María no es soberana sino servidora. No es meta sino camino. No es semidiosa sino la Pobre de Dios. No es todopoderosa sino intercesora. Es, por encima de todo, la Madre que sigue dando a luz a Jesucristo en nosotros.
Extraído del libro “El Silencio de María” de padre Ignacio Larrañaga




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