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Novedades Fundación TOVPIL

María en la espera


Para saber cómo eran los sentimientos de María en los días de gestación, vamos a colocarnos ante situaciones análogas.


Si hoy día preguntamos a una mujer grávida, y que al mismo tiempo sea mujer de mucha fe y gran interioridad, cuáles son los sentimientos que experimenta en ese estado de gravidez, ella quedará sin saber qué responder… ¡No es extraño, es tan insondable lo que vive! Al fin hablará dificultosamente; pero aun con palabras vacilantes ella conseguirá, no digo expresar, más si evocar un mundo inefable, un mundo que nace y muere con su propia maternidad.


¿Cuál era la estatura psíquica y espiritual de María por esos días de gestación? En las escenas de la anunciación, María aparece dueña de una madurez excepcional, con capacidad de reflexión y, sobre todo, muy interiorizada. Y todo esto en unas proporciones que no corresponden a su edad.

Si medimos su estatura espiritual por el contenido del Magnificat, comprobaremos que, cuando se evoca el misterio personal del Señor Dios, María es una joven vibrante y hasta exaltada a pesar de que, por lo general, se muestra reservada y silenciosa. Conoce la historia de Israel, y es plenamente consciente del significado de la Encarnación. Además, es Inmaculada, llena de gracia, habitada por la presencia sustancial del Verbo y afectada por la acción directa del Espíritu Santo.


María vive abismada en un universo sin fondo y sin contornos, mirando siempre contemplativamente al centro de su ser, donde se realiza el misterio infinito de la Encarnación. Todo el cuerpo y toda el alma de María estaban centradas y concentradas en su Magnífico Señor que había ocupado el territorio de su persona.



Extractado del libro El silencio de María de padre Ignacio Larrañaga

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