- Fundación TOVPIL
- 3 oct
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El pobre de Asís, un corazón puro
El humanismo puro no puede existir sin Dios, salvo a escala reducidísima. Hoy por hoy, sólo Dios puede hacer la revolución del corazón, invirtiendo los juicios de valor, derribando instalaciones y apropiaciones, y levantando escalas de nuevos intereses.
Por eso hay tan pocos verdaderos humanistas, y por eso los pobres quedan siempre frustrados en sus esperanzas, con un montón de palabras vanas en sus manos.

En la historia de la humanidad pocos hombres ha habido tan humanistas como el Hermano de Asís. Puso veneración donde no había motivos de veneración. Puso aprecio donde no había motivo de aprecio. Amó de forma sobresaliente a los que no eran amables. Cuantos menos polos de atracción había en las personas, en proporción inversa aumentaba su cariño. En esto, como en todo, no hizo más que seguir el ejemplo de Jesús.
A lo largo de este libro nos encontraremos a cada momento con emocionantes episodios en que veremos resplandecer el humanismo del Pobre de Asís.
Extraído del libro “El hermano de Asís” de padre Ignacio Larrañaga
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