- Fundación TOVPIL
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Suelta las amarras
Hay que luchar con pasión en la vida, es verdad, con pasión sí pero también con paz, sin esclavitudes ni ansiedades, sin permitir que las cosas me dominen ni me esclavicen.
Cuando una persona suelta las amarras apropiadoras, cuando de verdad se desprende afectivamente de tantas cosas que le suceden, es entonces cuando las
facultades mentales comienzan a funcionar apaciblemente, sin inquietud.

En este caso la actividad exterior no se altera, lo que sí cambia es el tono interior; al desasirse actúa con mayor acierto en sus negocios, ve las cosas con mayor objetividad, lucha en la vida con tanta pasión como antes, pero sin turbarse ni quemar energías. Los hechos y las cosas no la asustan ni la dominan instintivamente. Ahora esta persona es alguien dueña de sí y de cuanto la rodea.
Desasirse equivale, por tanto, a tratarse a sí mismo y al mundo con una actitud apreciativa y reverente. No malgastes energías, avanza hacia la seguridad interior y a la ausencia de temor, camina sin cesar desde la servidumbre hacia la libertad. Y libertad significa dar curso libre a todos los impulsos creadores y benévolos que yacen en el fondo del ser.
Del libro “El arte de ser feliz” de padre Ignacio Larrañaga
