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Novedades Fundación TOVPIL

Regalo de despedida


Así como el lavatorio de los pies había resultado un gesto espectacular, el gran sacramento es inaugurado de una manera muy simple: utiliza los elementos más comunes en Palestina como comida y bebida: el pan y el vino; los ofrece como su propia carne y sangre, entregadas por la vida del mundo, y les manda que repitan este gesto, recordándolo; y agregándoles que se trata de la nueva alianza, el nuevo pacto, entre Dios y los hombres.


Enseguida, al ofrecer la tercera copa ritual, el Maestro tomó el cáliz rebosante del zumo de la vid, y después de la bendición y la acción de gracias, lo pasó a cada uno de los comensales, para que cada uno le gustara, mientras les decía: “Beban todos de él. Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, derramada por muchos. Hagan esto cuantas veces lo beban en recuerdo mío”


Jesús tiene conciencia de que acaba de instaurar, así, tan sencillamente, y de poner en acción el instrumento más eficaz de la gracia, el misterio más hondo y fecundo de la nueva humanidad: la Eucaristía.


Extraído del libro “El pobre de Nazaret” de padre Ignacio Larrañaga

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