- Fundación TOVPIL

- 30 dic 2022
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Jesús nos llama a dejar el egoísmo por el amor
Somos de ayer. Jesucristo se encarnó al principio de la historia de la humanidad.
La tarea de Jesucristo es transformar el mundo, digamos más exactamente, transformar el corazón del hombre. El plan grandioso, concebido y soñado por Dios desde la eternidad y ejecutado “en el tiempo” por Jesucristo, es la divinización del hombre.

Dios nos creó a su imagen y semejanza. El Señor depositó en el fondo nuestro una semilla divina, la que nos impulsa no a convertirnos en “dios”, sustituyendo al verdadero Dios (Gén. 3,5), sino a llegar a ser “divinos”, participando de la naturaleza divina. Habiéndonos creado, al principio, semejantes a Él, sus planes posteriores tienen por finalidad hacernos cada vez más semejantes a Él.
La tarea gigantesca y transhistórica de Jesucristo consiste en hacernos “pasar” desde las leyes del egoísmo a la de Dios que es “Amor”, nuestra divinización consistirá en “pasar” del egoísmo al amor.
Extraído del libro “El silencio de María” de padre Ignacio Larrañaga




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