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Novedades Fundación TOVPIL

Corazón solidario


Nadie está obligado a echar mano de todos los Salmos, a la hora de nutrir su piedad personal. Pero otra es la situación de sacerdotes y religiosos cuando rezan la Liturgia de las Horas, sobre todo cuando lo hacen coralmente. En ese momento, es otro su horizonte. En ese momento, es la Iglesia entera, la Humanidad entera, el Cristo Total el que reza, el que sufre, clama, llora, implora. Se ensanchan, pues, los horizontes hacia una solidaridad universal.


Al asumir las palabras de todos los Salmos, el corazón entra en una comunión universal. Ya no es sólo una voz; es la voz de la humanidad, de todos los tiempos, de todos los espacios, voz que sube, incesante y polifónicamente, a Dios.

Los Salmos nacieron de situaciones concretas; por eso encierran la pasión del mundo. Por eso, el lenguaje de los Salmos es un lenguaje apasionado, lenguaje del corazón, casi alaridos, llanto, lamento, aleluyas que parecen hurras.


Toda esta carga humana la asumimos, cualquiera sea nuestro estado de ánimo, y por nuestra boca, la Iglesia entera. Durante la Liturgia de las Horas, por el corazón pasa, peregrinando, la gran marcha de la humanidad doliente.


Extraído del libro “Salmos para la vida” de padre Ignacio Larrañaga.

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