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Novedades Fundación TOVPIL

Condiciones para el diálogo


Siempre que se busca la verdad o se quiere superar un conflicto interpersonal, por medio del diálogo, la actitud primera y elemental es la humildad.


No hay disparate en este mundo que no tenga parte de verdad. Y no hay mente humana que sea capaz de aprehender la verdad completa.


Necesitamos humildad para olvidar viejas historias, desavenencias pasadas, lo que ocurrió en nuestro diálogo anterior. Se necesita la actitud generosa de perdonar. Son las situaciones emocionales las que bloquean la comunicación entre los hermanos. Las distancias, en los corazones, cristalizan en distancias, en las mentes. En esos casos, las personas se inhiben y se repliegan hasta las regiones más lejanas de sí mismos.


Se necesita humildad para comenzar de nuevo, después del fracaso del diálogo anterior. Necesitamos humildad para desligar mi persona de la verdad, para buscar la verdad y no a mí mismo o mis intereses exclusivos, con ocasión del diálogo.


Necesitamos humildad para reconocer errores o algunos aspectos de la verdad en que estábamos equivocados, y dejarnos enriquecer con la verdad del otro. Necesitamos humildad para no asumir un aire triunfal cuando se llega a la conclusión de que uno tenía razón.


En fin, necesitamos humildad para bajar la voz, e incluso silenciarnos, cuando la discusión entró en la zona de fuego, o cuando uno percibe que el “adversario” se sintió humillado por el resultado del diálogo.


Del libro “Sube Conmigo” de padre Ignacio Larrañaga

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