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Novedades Fundación TOVPIL

Orar más allá de las palabras


Jesús, dice a la samaritana: Hija mía, llegó la hora en que, ni en este monte Garizín ni en el monte Sión adorarán al Padre, sino en espíritu y en verdad, en un templo que no es de piedra, sino de silencio, y que se levanta en la última soledad del espíritu.


Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en el silencio de la interioridad, estén donde estén, sea en la desembocadura de un río, en el horizonte donde despierta la aurora, en la gruta donde duermen los vientos, estén donde estén, adorarán en espíritu y en verdad.

Está a la vista que Jesús, al hablar aquí de adorar en espíritu y verdad, implícitamente hace referencia a una oración de dimensión contemplativa, que va más allá de las palabras.


Cuando Francisco de Asís intentó expresar alguna idea acerca de la oración, dijo: «...adorar y contemplar al Señor Dios vivo y verdadero con corazón y alma puros». Nosotros también utilizaremos indistintamente las dos palabras: orar y adorar; y al utilizarlas, siempre estaremos pensando en un trato de intimidad con el Señor, en una convergencia de interioridades consumada en el silencio del corazón, en la fe, en el amor.


Del libro “Itinerario hacia Dios” de Padre Ignacio Larrañaga

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