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Novedades Fundación TOVPIL

Construir la hermandad

Estamos levantando el muro de la fraternidad o familia con piedras desiguales. Algunas son redondas como lunas llenas. Otras son puntiagudas. Algunas parecen cortadas a plomada, otras son perfectas formas geométricas. Las hay también informes.


Cada piedra tiene su historia. Las redondas provienen de los ríos. Ellas rodaron durante muchos años en el seno de las corrientes sonoras. Otras fueron cantos rodados, bajando por las pendientes de las montañas. Algunas fueron extraídas expresamente de las canteras ardientes.

Todas ellas son tan diferentes por sus orígenes, historia y formas de la misma manera que los miembros de la comunidad o familia que vienen de diversos hogares, latitudes, continentes, con sus historias inéditas y personalidades únicas.


Con tan peculiares personalidades, todas las piedras tuvieron que adoptar posiciones apropiadas para ajustarse a las formas, tan diferentes, de las demás piedras. Se hizo un esfuerzo sostenido de adaptación. Muchas de ellas recibieron golpes y perdieron ángulos de personalidad para poder ajustarse mejor. Todas se apoyan mutuamente. Unas sostienen a las otras. Las grandes reciben gran parte de la presión del muro. Cada una respeta la forma de la otra.


Se amó mucho porque se dio mucha vida. No fue tarea fácil. Si el Señor no hubiera estado con nosotros, de nada hubiera servido el esfuerzo.

Extractado del libro Sube conmigo, de padre Ignacio Larrañaga

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